sábado, 31 de enero de 2015

LA HISTORIA DEL HILO DE COSER

El arte de hilar fibras para formar hilo es tan antiguo que sobrepasa las fechas históricas. La hilatura es un acúmulo de  conocimientos y pequeños avances tecnológicos por parte de millones de hombres a través de miles de años. En Europa central en el fondo de los lagos Constanza y Ginebra se han encontrado algunos manojos de lino limpio, listo para ser convertido en tela. Es la primera vez que se encuentra una tela donde este pueblo de la edad de piedra había aprendido a hacerla entretejiendo gruesas fibras de hierba, porque se cree que los hombres primero aprendieron a tejer antes de aprender a hilar ya que había siempre fibras y hierba a mano y era sencillo tejerlas. Más tarde aprenderían a hilar sus hebras para hacer con ellas telas para sus prendas de vestir. Cuando se inventó el arte de hilar , la lana se convirtió en el material más útil  para hacer vestidos para los que vivían en climas fríos ; por el contrario en Egipto lo más usado fue el fresco lino.
En la cultura china se desarrolló la seda como fibra y a partir de aquí pasó a otros países: India, Persia y Grecia (dónde se consideraría como un artículo de lujo) y a Roma. La cría de los gusanos de seda llego a España en el s. VIII, en Sicilia y Nápoles en el s. XII y en Francia en el s XVII.
Según los historiadores, en el antiguo Egipto y en India se usaba el huso suspendido, que se hacía girar como un trompo en la mano del hilandero, y a dejarse caer, estiraba y torcía las fibras. El huso, era un palo de madera, fino y puntiagudo por ambos extremos. En uno de ellos tenía una muesca para sujetar el extremo de la hilaza que se enrollaría sobre él. Se le hacía dar vueltas y vueltas. En el medio tenía una especie de disco o  rueda, lo bastante pesado para girar con suavidad y de forma uniforme

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